domingo, 15 de noviembre de 2015

Guerra es sinónimo de muerte

Solo sé que la guerra es sinónimo de muerte.
                No sé cómo se organizan los cargos en el ejército, ni entiendo por qué a día de hoy sigue siendo necesario, porque para mí la guerra es algo que debimos dejar muy atrás en el pasado, pero no sé el porqué de su perseverancia.
                Tampoco comprendo por qué mueren acribilladas personas inocentes, ni entiendo por qué habrían de huir de sus casas. No sé cómo puede haber motivos detrás de sus muertes, pues sus rostros no manifiestan ningún deseo de morir.
                Es incomprensible, para mí, que personas armadas campen por las ciudades, ya en ruinas, destrozando la historia de cada una de ellas. Reduciendo a escombros todo lo que una vez fue una maravilla, cubriéndolo todo de polvo, sepultándolo bajo la sangre de los que un día quedaban sin aliento al contemplarlo.
                Quizá se deba al ansia de algunos por tener el poder absoluto sobre el mundo, de recuperar aquello que dicen que una vez fue suyo. Pero, si en algún momento consiguen su objetivo, ¿qué pueden hacer? No lo sé. Tal vez vivir en paz sobre la muerte que sembraron para lograrlo. ¿De qué les servirá ser los amos del mundo cuando no les quede mundo que gobernar?
                Y no sé por qué, con la única satisfacción de conseguir bienes materiales, se les proporcionan recursos para que continúen la masacre, recapacitando después sobre sus actos, o, más bien, preocupándose porque en algún momento les persigan con las armas que ellos mismos les dieron. ¿Acaso tiene el dinero más valor que la vida?
                Ni entiendo, tampoco, a aquellos que toman las armas contra las armas, sabiendo que son dueños de un poder mucho mayor que los que tratan de sembrar el miedo. Masacre por masacre, ¿no es así? Tal vez piensen que los actos de violencia se apacigüen con la muerte de quien los propagan. ¿Por qué convertirse en el asesino al que temes?
                Pero muchos, a veces, no encuentran otra alternativa. No entiendo por qué se nos es tan propenso pensar que el problema hay que cortarlo de raíz, que es mejor eliminar todo aquello que lo causa, pero entonces, ¿seríamos personas sin corazón? ¿Toda una lucha por la paz para que, después, seamos nosotros los que la violemos?
                No lo entiendo. No entiendo por qué no estamos creando tecnología que beneficie a la Humanidad, en vez de tecnología para destruirnos entre nosotros. ¿Por qué no progresar? ¿Por qué viajar en el tiempo? ¿Por qué no reunirnos por una causa común, para la vida y la felicidad? La muerte solo trae muerte, solo trae tristeza, acarrea oscuridad. Son problemas sin soluciones. Son soluciones que traen más problemas. Pero continuamos empeñados en que esa sea nuestra naturaleza, nuestra razón de ser: apoderarnos del máximo poder que podamos para usarlo contra aquellos que no piensan como nosotros.
                Porque las opiniones diferentes a la nuestra merecen la muerte, merecen desaparecer. Tal vez ese sea el único interés de las personas que comenzaron esto, y de las que, ilusas, prosiguen con la estampa, creyendo que de verdad pueden ganar algo con ello. Imaginando cómo un mundo les espera solo a ellos, un mundo que seguramente conciban como el paraíso. Un mundo rodeado de devastación.
                Tampoco comprendo cómo no nos percatamos de lo corta que es nuestra vida para malgastarla de esta manera. ¿Cómo es posible que alguien mire hacia el cielo y no vea más que azul, sin sentirse inmensamente insignificante? ¿Cómo es posible que no se sienta cohibido por tan vasta superficie que ni nos conoce ni la conocemos nosotros a ella? Y ella es, a fin de cuentas, la dueña de todo lo que nos rodea.
                Si alguien quisiera hacerse el amo del mundo, debería pensar antes todas estas cosas. No lo sé, quizás esté equivocada, pero, ¿puede albergar felicidad en su corta vida una persona rodeada de terror? Y cuando muera, ¿qué? ¿De qué habrá servido todo? ¿Para qué tantas muertes defendiendo sus creencias? Creencias que, en muchos casos, son infundidas por el miedo, ¿o no? No lo sé, tal vez haya gente en el mundo que opine que matar es el único camino de lograr lo que quiere. Y esa posibilidad, me oprime con fuerza el corazón.
Yo no entiendo mucho de la guerra, ni me gustaría tener que llegar a entenderla. Solo sé que trae tristeza con ella, muerte de inocentes que solo quieren alcanzar la felicidad que se les es vetada y hombres y mujeres forzados a huir de lo que una vez consideraron su hogar.
No sé mucho, ni lo querré saber. Lo único que sé con firmeza es que guerra es sinónimo de muerte.